Una casa que no envejece

30 años de Casa Pueblo
Por Isabel Santos
Foto Ricardo Alcaraz
Especial Diálogo Digital



Cuando se entra al pueblo de Adjuntas por la carretera que viene de Ponce, a la derecha, se puede ver una casona de estilo colonial, pintada de rosa y blanco con tres balcones de madera que dan a la calle. Tiene un patio delantero cubierto de grama y un árbol de maga que le da sombra. Se trata de Casa Pueblo, el centro de operaciones del Taller de Arte y Cultura, que este mes celebra su 30mo aniversario.

El Taller nació allá en los años 80 con la intención de evitar la explotación minera en el área de Adjuntas, Utuado, Lares y Jayuya. Son muchos los éxitos y muchos los proyectos que han florecido en tres décadas de lucha. No sólo lograron detener la explotación minera, sino que también crearon el Bosque del Pueblo y el Bosque La Olimpia, el Primer Corredor Biológico y la Reserva de la Biosfera. Adquirieron una finca para producir y vender café, construyeron un mariposario, hidropónicos, los estudios de transmisión de una emisora radial y un sistema de energía solar. "Estamos satisfechos, pero esto continúa", dice Alexis Massol, quien junto a su esposa Tinti Deyá, fundó la institución.

Es mucho lo que hay que celebrar, así que las actividades comenzarán el 19 de abril con talleres educativos y exposiciones de arte e insectos y se extenderán hasta el 25 de abril. Este último día, a las 9 de la mañana, comenzará la gran fiesta en la plaza del pueblo de Adjuntas. Habrá música, artesanía, un mercado agrícola, comparsas, trovadores, maratonistas, batuteras y varios coros.

"Antes de Casa Pueblo... yo era ingeniero civil", recuerda Massol cuando saca un momento de su ajetreada agenda para charlar unos momentos con Diálogo Digital. Habla con pausa, con precisión y también con un dejo de dulzura. "Tinti y yo somos naturales de Adjuntas pero vivíamos en Guaynabo. Nos dedicábamos a hacer dinero. Cuando surgió la amenaza de la explotación minera en Adjuntas conocimos a Doña Consuelo [Lee Tapia, la esposa de Juan Antonio Corretjer] y fue una inspiración. Tomamos la decisión de dedicarnos al cambio y a la transformación de Puerto Rico". En el 2002, Casa Pueblo recibió el premio Goldman, un reconocimiento internacional a la lucha ambientalista.

La institución tiene como meta proteger los bosques y educar a futuras generaciones sobre la importancia del medio ambiente. En un país como Puerto Rico, donde el desarrollo descontrolado parece que lo va a consumir todo, la iniciativa del Taller se presenta como un oasis de consciencia ambiental y sentido común en general.

Como parte de su propuesta educativa, Casa Pueblo tiene en el patio de atrás un mariposario abierto al público y en los salones de clase que le cedió la escuela Washington Irving, que le queda justo al lado, se dan clases a niños de cuarto a sexto grado sobre biodiversidad, cultura y ética laboral. Además, Casa Pueblo adquirió en 1991 una finca que se llama Madre Isla y allí se reciben grupos de estudiantes universitarios durante todo el año.


Casa Pueblo crece vegetales mediante el proceso hidropónico. Con el sistema hidropónico les enseñan ética laboral a los estudiantes del Instituto.

Pero si ambicioso es el proyecto educativo, más abarcador es el objetivo ambientalista. Después de despejada la amenaza minera en el 1995, lograron proteger por ley el área afectada convirtiéndola en el Bosque del Pueblo y en 2003 hicieron lo propio con el Bosque La Olimpia. También en 2003, presentaron los planos digitalizados y la documentación necesaria para la creación del Primer Corredor Biológico de Puerto Rico que uniría el Bosque del Pueblo con los bosques Guilarte, La Olimpia, Toro Negro y Tres Picachos. El proyecto fue aprobado por la Junta de Planificación en 2004 tras una amplia campaña y vistas públicas lideradas por Casa Pueblo.

Luego vino la creación de la Reserva Puertorriqueña de la Biosfera. En un área de 36,000 cuerdas de terreno ubicadas en 10 municipios la institución ofrece un sistema de desarrollo sostenido mediante la demostración de métodos de conservación. "Estamos trabajando con los agricultores un programa de manejo de fincas privadas para desarrollar prácticas ecológicas", explicó Massol. "Va un biólogo y les dice a los agricultores cuáles son las prácticas ecológicas para el manejo de desperdicios y erosión, y prácticas de control ecológico de las plagas, [entre otros]".

Pero tantos éxitos y proyectos no se pueden alcanzar sin sacrificios. Para Massol, el mayor precio a pagar en todos estos años fue el tiempo que no le pudo dedicar a sus hijos. "Las circunstancias nos obligaron a nosotros, por el acecho de las compañías mineras y el gobierno, a tomar una decisión de urgencia. En esa acción de urgencia tuvimos que descartar unas cosas importantes, como la atención a los niños. Los niños aprendieron en la lucha". La pareja procreo cuatro hijos, Arturo, Axel, Alexis y Ariel. Dos de ellos siguieron carreras relacionadas con el medio ambiente y la agricultura.

A finales del año pasado, Ariel, el menor de los hermanos, falleció en su finca a causa de un accidente. Meses después, la familia anunció que Casa Pueblo seguiría con los planes de celebración del 30mo aniversario. "Estamos más entusiasmados porque es un compromiso hacia él también. Él [Ariel] estaría haciendo todas estas cosas que estamos haciendo nosotros. Lo estamos honrando". Por eso, en su nombre se presentará durante este aniversario el Jardín Botánico y Agrícola Comunitario Ariel Massol Deyá. "Ariel está presente en todo", dijo Massol. "Desde que estaba en la escuela intermedia repartía boletines contra la explotación minera. Trabajaba en el hidropónico y era el intelectual, el estratega".

Casa Pueblo es un proyecto de autogestión. Se mantiene gracias a donaciones y a la producción y venta del café Madre Isla que se cultiva en la finca Madre Isla y otras fincas de la zona. Así que si va a pasar por Adjuntas durante esta semana, aparte de celebrar y pasarla bien recuerde comprar su pote de café. Aportará a una magnífica causa.

Al cine la ‘América’ de Esmeralda Santiago


Por: Isabel Santos
De: Especial para Diálogo

Recientemente comenzó el rodaje en Río Piedras de la película ‘América’. La producción de Isla Films, que será dirigida por la cineasta Sonia Fritz, estará basada en la novela de Esmeralda Santiago, ‘El sueño de América’. Tras una visita al set de filmación y haber conversado con el elenco de actores y el equipo de producción, la escritora se escuchó entusiasmada con la idea de llevar a la pantalla grande su historia.

“Es una buena producción”, explica Santiago ya de regreso a Nueva York, donde reside, y a través de un celular que amenaza con cortar la comunicación en cualquier momento.

“Fui a saludarlos y quedé impresionada. Me alegra que emplearon muchos actores puertorriqueños. Lymari Nadal protagonizará ‘América’ y su esposo, el bien conocido actor/productor/director, Edward James Olmos, interpretará uno de los importantes personajes, don Irving”.

La novela de Santiago cuenta la historia de una mujer, América, que trabaja como ama de llaves en un hotel en Vieques. Vive con su madre alcohólica y su hija adolescente. Todavía mantiene una relación violenta con el padre de su hija, el mismo hombre con el que se escapó cuando tenía 14 años y que ahora está casado con otra mujer. Cuando se le presenta la oportunidad de ir a Nueva York a trabajar como niñera, América se escapa sin decirle a nadie su paradero. El sueño de América explora el complejo estado psicológico de las mujeres en relaciones violentas, que se debaten entre el secretismo que les impone la vergüenza social y la necesidad de pedir ayuda.

Otros temas salpican la trama de la novela. En Nueva York, por ejemplo, América se enfrenta no sólo al frío y al choque cultural si no también a la realidad de otros inmigrantes latinoamericanos que no tienen el beneficio de la ciudadanía estadounidense.

"Una película es diferente a una novela", explicó Santiago. "En este caso, el libreto fue escrito por otras personas, pero basado en ‘El sueño de América’. La película se llamará simplemente ‘América’", y añadió que se siente confiada en el compromiso tanto de la directora como de los actores con el problema que presenta el personaje principal. "Me gustaría que el público leyera la novela antes de ver la película. Cuando tú lees un libro te creas una película en tu cabeza y cuando ves la película siempre hay sorpresas y puedes ver un punto de vista diferente".

Este es el segundo libro de Santiago en ser llevado al cine. En 2001, se estrenó la película ‘Casi una mujer’, basada en la obra con el mismo nombre y que es la secuela del primer libro de memorias de la autora, ‘Cuando era puertorriqueña’.

"Me encantaría que todos mis libros fueran llevados a la gran pantalla", bromeó la escritora que es una de las exponentes del género memoria, quien relata experiencias de los puertorriqueños en Estados Unidos.

En su visita de dos semanas a la Isla, Santiago aprovechó para cumplir con varios compromisos profesionales y de paso visitar a su familia en el Día de Acción de Gracias.

"Ahora regreso a mi casa. Tengo mucho trabajo que hacer editando el manuscrito de mi próxima novela, ‘Conquistadora’". Este nuevo proyecto será un relato de época, enmarcado en el Puerto Rico del siglo XIX.

"Es difícil escribir una novela de época. Muchos de los archivos de Puerto Rico se perdieron a principios del siglo XX y ha sido difícil encontrar materiales. Pero sé que hay recursos y tengo planes de visitar las bibliotecas en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en San Juan".

El estilo de Santiago se caracteriza por ser íntimo y directo, con un humor sutil. "Un escritor debe encontrar su propia voz. Es un proceso que se desarrolla con práctica. Para mí, es importante saber lo que me suena y lo que no me suena. No hay una varita mágica, hay que editar mucho y también es importante para un escritor o escritora leer las obras de otros autores. A veces lees algo que parece no tener nada que ver con lo tuyo, pero siempre se aprende de cómo otros escritores resuelven los problemas de una narrativa".

Y, ¿qué está leyendo Esmeralda Santiago en estos momentos?

"Es curioso, estoy escuchando las novelas de Charles Dickens por audiolibros. No había leído mucho Dickens así que ha sido fascinante. Además estoy leyendo Salvador Brau, Coll y Toste, René Marqués, Laguerre, El Jíbaro [de Manuel Alonso] esos autores puertorriqueños conocidos que me inspiran según sigo escribiendo mi novela ".